Volvió la flor


Ni siquiera el viento fue capaz de hacer volar la flor de un Real Madrid que por momentos se vio sometido en Huesca. Una flor que parecía estar marchita esta temporada pero que, desde la llegada de Solari, ha vuelto a renacer.

El partido comenzaba de la mejor manera posible; gol de Bale en el minuto siete de partido. Es cierto que el viento estaba causando muchas dificultades a la hora de jugar, pero el Madrid tenía el control total del partido. Un Madrid que presentaba varios cambios respecto al último partido disputado pero con la misma idea de siempre; salir a ganar mediante la posesión de la pelota.

Como pasa con todos los rivales a los que se enfrenta el conjunto de Solari, el Huesca salió a jugar como si fuese el último partido de sus vidas, con una intensidad que a veces resultaba desmedida. También es verdad que contaban con la colaboración del árbitro, quien, casualmente, las dos primeras tarjetas se las enseñó a dos futbolistas del Real Madrid. 

Sin apenas tiros a puerta, el equipo merengue dominaba la posesión de manera completa, aunque el Huesca, las pocas ocasiones que creaba, las generaba con mucho peligro. Con resultado de 0-1 se llegó al descanso. El Madrid bien plantado, serio y concentrado. El Huesca, por su parte, replegado en su campo a la espera de cazar contraataques rápidos que pusieran en aprieto a la defensa blanca.

La segunda parte fue completamente diferente. El Huesca salió claramente a buscar los tres puntos, mientras que el Real Madrid parecía haberse quedado todavía en el túnel de vestuarios. 

El equipo oscense llegó a tirar hasta 11 veces contra la portería de Courtois. El meta belga fue absolutamente clave en la consecución de los tres puntos para su equipo, quien con una actuación estelar, mantuvo al equipo con vida hasta el último segundo. 

El Huesca lo intentó hasta el final y fue con todo arriba y, de hecho, casi logra el empate en la última jugada del partido, donde Carvajal tuvo que despejar de cabeza sobe la línea un balón que se colaba al fondo de las mallas. 

Al final, tres puntos muy trabajados en un campo donde teníamos hasta el viento en contra. En un campo donde, sin duda, se ganan ligas.

                            

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