Uruguay 1930




Si queremos hablar sobre las Copas del Mundo, el evento deportivo más importante del mundo y que hace vibrar a millones de personas cada cuatro años, hay que mencionar el nombre de Jules Rimet. El francés fue presidente de la FIFA desde 1921 hasta 1954 y el máximo propulsor de lo que ahora es un fenómeno global. Rimet, desde su comienzo como cabeza visible de la institución madre, impulsó un torneo internacional de fútbol, de hecho apoyaba la disciplina en los juegos olímpicos. La FIFA reconoce los 2 campeonatos de Uruguay en los olímpicos de 1924 y 1928, la selección charrúa ostenta 4 estrellas en su pecho: los 2 mundiales y los títulos olímpicos en París y Ámsterdam. Este éxito que tuvo el fútbol en las olimpiadas, propició que Rimet lograra uno de sus objetivos máximos; conseguir que se realizara el torneo internacional, una competencia hecha por y para este deporte.
Los directivos de los países asociados a la FIFA votaron a favor de la moción y solo faltaba elegir una sede. Europa estaba sumergida en una densa crisis en los años posteriores a la primera guerra mundial y viendo que la selección uruguaya era el gigante de la época; todo estaba hecho, Uruguay albergaría la primera Copa Mundial de Fútbol, coincidiendo además con los 100 años de su independencia. A pesar de que Uruguay y la FIFA se ofrecieron a ayudar con los gastos de traslados de más o menos un mes de viaje marítimo, los grandes representantes del fútbol europeo se negaron a participar; Inglaterra, Italia y España no entrarían. 
Francia no podía negarse ante Rimet, y al igual que Bélgica y Yugoslavia fueron convencidos para formar parte del campeonato, junto a Rumania como los únicos participantes del viejo continente. El caso rumano fue el más recordado, debido a la intervención personal del Rey Carlos II, quien ayudó a elegir las piezas del seleccionado de su país. Egipto se quedó sin mundial por su retardo a la hora de embarcar, mientras que todos los países americanos inscritos en la FIFA fueron invitados, por lo que los participantes serían Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Bélgica, Francia, Rumania, Yugoslavia, Estados Unidos y México; todos se trasladaron al país sudamericano para el 13 de julio dar inicio al ambicioso proyecto de Rimet. 


SS Conte Verde. Transatlántico que trasladó a la delegación francesa, Jules Rimet y la copa.
Los europeos pasaron semanas sobre los transatlánticos, con los jugadores entrenando en cubierta y compartiendo una travesía inolvidable a tierras americanas, viajando con el propio Jules Rimet y junto a la Diosa de la Victoria, Copa que sería entregada al vencedor.
El primer partido de la historia de los mundiales se jugó el 13 de julio entre Francia y México, Julien Laurent anotó el primer gol en el encuentro que finalizó 4-1 para los galos. El ganador de cada grupo clasificaría a semifinales, cuestión que en este Grupo A consiguió Argentina. Guillermo Stábile fue la estrella para la albiceleste, quienes clasificaron con relativa tranquilidad gracias a que el delantero ya había marcado 5 tantos en 2 partidos.
Yugoslavia ganó fácilmente el Grupo B, con respectivas victorias ante Brasil y Bolivia. Los yugoslavos estaban encabezados por el mítico defensor Milutin Ivkovic, quien también era doctor y que fue fusilado durante la Segunda Guerra Mundial. En el grupo C partían los locales y favoritos, que inauguraron el Estadio Centenario para la competencia y que se clasificaron con victorias ante Perú y Rumania mostrando el juego que los llevó a coronarse en París y Ámsterdam; con un José Pedro Andrade en plan estelar.  Los 4 de goles de Patenaude dieron a los estadounidenses las victorias y clasificación el Grupo D, que compartieron con Bélgica y Paraguay. 



En las Semifinales veríamos a Argentina vencer a una selección de Estados Unidos que logró que las acciones fueran parejas en la primera mitad y que se desnivelaba solo con el gol de Luis Monti para los sudamericanos. En la segunda parte cayeron 5 y la clasificación argentina. El 27 de julio el glorioso Estadio Centenario estaba repleto para el segundo partido de semis, Vujadinovic adelanta a los yugoslavos a los 6 minutos, pero un hat trick de Cea, un doblete de Anselmo, además del tanto de Iriarte sellaron la goleada para que Uruguay llegara a su final. 

José Nasazzi, Manuel Ferreira y John Langenus en el Estadio Centenario.
Debido a la tensa situación que se vivía en Montevideo en las jornadas previas al enfrentamiento final, el árbitro John Langenus no tenía decidido participar en el mismo hasta unas horas antes. Se dice que Langenus accedió porque le facilitaron escolta y una embarcación lista para zarpar a su natal Bélgica en caso de que algún inconveniente se suscitara. Las 2 mejores selecciones del torneo se verían las caras por tercera vez en 3 años, luego de disputarse los JJOO y la Copa América en los años anteriores. El 2-3-5 era el esquema utilizado en la época y ambos seleccionados lo practicaban de forma brillante. Argentina apoyada en los goles de Stábile y en Luis Monti, el que recuperaba y jugaba, el primer gran 5 argentino liderando desde la medular. Por su parte, la Uruguay de Supicci, ya en esos años contaba con la mítica garra charrúa, esa fuerza y temple que estaban totalmente personificados en la figura de José Nasazzi, el Mariscal.  El juego lo ponía el Mago Scarone, con Cea y Héctor Castro comandando en ataque.

Ninguno quería dar ventajas, por lo que no se lograba acordar en cuanto al balón del encuentro; hasta que llegó un consenso y utilizarían el balón argentino en la primera mitad, para luego terminar el partido con el uruguayo. Un partido que fue muy peleado, una batalla que se decidía con goles de Dorado para los locales y de Peucelle para los visitantes, hasta que Stábile anotó su octavo gol del torneo para consolidarse como máximo anotador y llevar a los suyos con ventaja al final de los primeros 45 minutos. El entretiempo ha dejado mucho, en Argentina dicen que fueron amedrentados por parte de locales que no podían ver perder a los suyos. Nunca saciaran esos temas, pero lo que sí es cierto es que José Pedro Cea empató ya con el balón uruguayo e Iriarte dio la ventaja para que la fiesta iniciara en el Centenario. Esa fiesta se detuvo por una fracción de segundo, ese instante en el que el balón sale disparado desde el pie de Stábile y se estampa en el poste para salir por la línea de fondo. La algarabía continuaba con el 3-2 y se agrandó con el gol de Castro que dejó el 4-2 final y que permitió al Mariscal Nasazzi regalarnos esa primera postal de un capitán, representando a toda una nación, alzando al cielo a la Diosa de la Victoria.


Arriba: Gestido, Nasazzi, Ballestero, Mascheroni, Andrade y Fernández.
Abajo: Dorado, Scarone, Castro, Cea e Iriarte. 
Mejores Jugadores:
1) José Nasazzi / URU.
2) Guillermo Stábile / ARG.
3) José Andrade / URU.

Máximos anotadores:
-Stábile / ARG. (8)
-Cea / URU. (5)
-Patenaude / EEUU. (4).

Equipo Ideal

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