La Sexta

 El Real Madrid era el mejor equipo del mundo, de eso no había duda alguna, desde 1954 hasta esa temporada 1960 en la que se corona campeones de Europa por quinta ocasión, el Real Madrid ganó 4 campeonatos de liga y 5 Copas europeas; en los 5 años siguientes al mando de Miguel Muñoz siguieron dominando, 5 trofeos ligueros al hilo y 2 finales de Copa de Europa, en las que cayeron derrotados ante el Benfica de Eusebio y el Inter de Helenio Herrera. 
Para la temporada 1965 el Madrid de Di Stefano ya se había estado difuminando poco a poco; fue en el verano de 1964 cuando Don Alfredo deja el club que ayudó a construir tras haber ganado 8 Campeonatos de Liga y 5 Copas de Europa; el mejor jugador de la historia del mejor club de la historia del deporte decía adiós. 
Su equipo quedaba en manos de los veteranos Gento, Puskás o Santamaria pero dando paso a la juventud de los Amancio Amaro, Pirri o Pachín.
La Copa de Europa 1965/66 seguía con el mismo formato de Octavos de Final, el Madrid entró como campeón de España y estaba en el grupo de favoritos con auténticos equipazos como el Inter de Herrera, que ya lo había vencido en la final 2 años antes; el Benfica de Eusebio, que también lo venció en la final de 1962; o el Manchester de Bobby Charlton y George Best, base de la Inglaterra que ganaría el Mundial de 1966 y que se quedaría con el título europeo de 1968. 
El Madrid tuvo que jugar la ronda preliminar ante el Feyernoord, dejándolo afuera con una contundente victoria por 5-0 con 4 goles de Ferenc Puskás. 
En Octavos de Final empataron a 2 en Escocia ante el Kilmarnock, con apariciones de Amancio y Pirri, dejando los goles para el partido en el Bernabéu; donde comenzaron abajo en el marcador, pero que con 2 goles de Pirri y anotaciones de Grosso, Ruiz y Gento, sentenciaron para el equipo blanco. 

Alfredo Di Stefano en su partido homenaje.

En los Cuartos de Final la prueba era mayor, el Anderlecht se llevó el partido en Bélgica por la mínima diferencia y el Madrid tenía que, de nuevo, ir al Bernabéu a darle la vuelta. 
De eso se encargaron Muñoz y los suyos; ya sin Puskás en el equipo titular, Amancio y Gento se encargaron de la faena, 2 goles para cada uno y el pase a semifinales.
En estas semis, el Real Madrid se mediría al Inter de Milán; el equipo nerazzurro fue el precursor del Catenaccio, repleto de leyendas de este deporte como Giacinto Facchetti, emblema y capitán del club; el ex barcelona Luis Suarez y el maravilloso Sandro Mazzola.
Este mismo equipo había ganado la final por 3-1 en el 64, en el último partido de Don Alfredo en la Copa de Europa, por lo que el Real Madrid de Muñoz saldría con todo en la casa blanca. Miguel Muñoz plantó en el campo a 11 futbolistas españoles; se conocía como el Madrid de los “Yé Yé”, haciendo alusión a la famosa entrevista en la que jugadores del club imitaron a los Beatles y el grandioso coro de she loves you: “She loves you, yeah yeah yeah”.
El equipo merengue empezó con el pie derecho con el gol de Pirri al minuto 13 y sacaron una diferencia que se llevarían a Milano, a pesar de que el portero Betancort jugaría buena parte del compromiso lesionado, cuestión que le impidió seguir apareciendo en la competición. 
Helenio Herrera dijo antes de ese partido de vuelta que el Giuseppe Meazza era suficiente para ganar el partido, que no iba a ser una empresa complicada.
El pronóstico de Herrera evidentemente fue errado y el Madrid contó con la mayoría de las acciones de peligro gracias al plan ideado por Muñoz y ejecutado por los “Yé Yé”, especialmente por Amancio y Gento. Fue una combinación entre ellos la que produjo el primer gol del partido, zurdazo cruzado de Amancio que decretaba el 1-0. El Madrid decidió esperar al Inter, haciendo que adelantara líneas. Una internada de Facchetti terminó en un tanto del capitano, pero no fue suficiente y el encuentro terminó con un empate que le daba la clasificación al Madrid a otra final. En esta ocasión sería frente el Partizan de Belgrado, quienes dejaron en el camino al Manchester United para plantarse en la final ante el multicampeón europeo. 

Los Yé-Yé: Betancort, Velázquez, De Felipe, Pirri, Grosso y Sanchís.

La final fue en Bruselas, en el estadio de Heysel; los belgas verían su segunda final de Copa de Europa y, como en la de 8 años antes, estaba el Real Madrid para disputarla. 
 Era la onceava Copa de Europa hasta el momento y el Real Madrid había clasificado a su octava final, un dominio abrumador para el equipo que presidía Don Santiago. 
El entrenador blanco salía con Araquistaín; Pachín, Sanchís, De Felipe; Zoco, Pirri, Velazquez; Serena, Amancio, Grosso y el capitán Paco Gento. 
De la generación del equipo que ganó las 5 Copas de Europa apenas seguía de titular Paco Gento, presente en todas aquellas finales seguidas con Di Stefano. 
Ningún otro jugador había participado en alguno de aquellos títulos, excepto por Pachín, titular en la final de 1960 conquistada por el equipo merengue.
El partido fue duro y el marcador no cambió luego de los primeros 45 minutos, fue en el 55 cuando Velibor Vasovic adelantó a los yugoslavos y sembró fantasmas en el Madrid, que venía de 2 finales desperdiciadas en 4 años.
Los españoles esperaron hasta el minuto 70, cuando un grandioso pase de Pirri deja a Amancio en velocidad ante un defensor rival, el madridista quebró las caderas del yugoslavo en 2 ocasiones para quedarse frente al portero y definir con clase. El empate llegó y 6 minutos después; luego de controlar con el pecho, una volea de afuera del área de Francisco Serena se clava en el ángulo superior izquierdo de la portería para que el Real Madrid se pusiera en ventaja. 2 de los mejores goles en las finales fueron la diferencia que se plasmó en el resultado para poder levantar la sexta Copa de Europa. Paco Gento quedaría en la historia, ya que levantaba, esta vez como capitán, su sexta corona europea, cosa que no se ha vuelto a ver en todos estos años. 

Miguel Muñoz, Don Santiago Bernabéu y Paco Gento.

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