Una visión particular del clásico desde la grada

Llegaba el clásico, y con el clásico volvía la temporada al Bernabéu. Primera toma de contacto de los jugadores con la afición en esta campaña que inicia. Yo me dirigía a mi sitio con más antelación de lo normal. 45 minutos antes del inicio del partido me dirigía impaciente a mi nueva localidad para ver como estaba el ambiente por ahí.

Al llegar me senté en mi butaca, por el cuarto anfiteatro en el fondo sur y poco a poco el estadio se iba llenando. Al poco rato un aficionado que venía de fuera me preguntó cuanto quedaba para el partido. "Media hora, le dije". Aproveché para preguntarle de donde venía. "Vengo de Chile en especial para ver el partido, esto es un sueño para mí", me comentó. "Después de tantos años jugando con el Real Madrid en los videojuegos, hoy podré ver de cerca a Modric, Kroos, Sergio Ramos, Marcelo, etc". Se le veía absolutamente emocionado. "Te va a encantar", le comenté, y acto seguido le dije que seguro que no olvidará un día como este, que iba a ver un gran espectáculo por parte del Madrid.

El aficionado chileno se fue al cuarto de baño antes de que empiece el partido y unos especuladores con pinta de ser británicos, me pidieron mi bufanda para sacarse una foto con ella. Aproveché también para hablar con ellos. Venían de Liverpool y eran abonados en Anfield. Estuve hablando con ellos de como se vive el Liverpool ahí, en el estadio. Me dijeron que sí, que es impresionante, pero que no había punto de comparación con el Bernabéu. Era su primera vez en Madrid y aseguraban que venían a presenciar "el partido del siglo entre los dos mejores clubes del mundo". Incluso salió el tema de Luís Suárez. Me comentaron que evidentemente ahí le tienen mucho aprecio pero que es un jugador un poco sucio y que en el partido de ida hizo teatro. Aun así, ellos tenían claro a quien iban a apoyar. Solo hacía falta verles la cara de alegría en los goles del Madrid.

El partido ya estaba a punto de empezar a lo que vi que una pareja se había sentado en mi sitio. Se lo comenté y me dijeron que si les dejaba ponerse ahí porque ellos tenían justamente las dos localidades que estaban al lado de las mías. En principio no me entendían, eran franceses, pero uno de ellos dominaba el español y me comentó que venían del este de Francia y que eran muy madridistas y por supuesto fans de Zizou. "Esto es increíble", me decían.

Empezó el partido y ya sabéis todos como fue. Pues desde el campo, lo mismo pero en una fiesta continua. Los rostros de felicidad de gente de todos los países estaban presentes. Estábamos disfrutando con el juego del Madrid. Cantando, animando, gritando, abrazándonos y entusiasmados al ver todo lo que mueve este equipo.

Me gusta quedarme con, aparte de la gran victoria lograda, el orgullo de ver como de grande es este club. El madridismo es universal y cada vez va a más. Espero que haya gustado esta pequeña visión de lo que viví yo en la grada personalmente, en el día de ayer.



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