Estabilidad sin destellos

Desde que comenzó la temporada, el equipo de Zidane me empezó a dejar una sensación muy clara sobre que Real Madrid veríamos este curso. Cuando el francés llegó al banquillo, la mayoría pensábamos que el conjunto blanco desprendería un juego alegre y volcado al ataque, pero nada más lejos de la realidad.

Este Real Madrid es sobre todo un equipo estable, sin demasiados altibajos, sin excesos ofensivos ni jugadas de salón. En lo que va de temporada, no he visto a ningún equipo bailar a los blancos, someterlos y aplastarlos. Nadie ha sido capaz de mandarlos a la lona de forma contundente y eso es un valor seguro. A cambio de esta firmeza, Zidane a renunciado a un ataque constante y vistoso, que en ocasiones puede resultar contraproducente para la parcela defensiva.

En los partidos importantes de esta campaña, Atlético de Madrid, Barcelona y Nápoles, hemos visto un Real Madrid convencido en lo que hace, un equipo compacto y seguro, que sabe pasarlo mal cuando el rival aprieta, pero que se mantiene de pie durante todo el choque, sea cual sea la circunstancia del partido. En otra coyuntura, con el 1-0 en el Camp Nou de la primera vuelta, los blancos se hubieran volcado en ataque, descuidando la parcela defensiva a merced de voracidad de la MSN, pero este equipo sabe manejar los tiempos del partido y no precipitarse, para mantenerse vivo hasta que llegue la oportunidad de aprovechar su potencial ofensivo o las jugadas a balón parado.

El equipo de Zidane ha recibido muchas críticas por su falta de juego en varios partidos y lo cierto es que este Real Madrid no juega al fútbol de una manera brillante, lo hace de una forma eficiente. Si los blancos continúan con esta dinámica creo que acabarán llevándose el título liguero de forma merecida, con más puntos que fútbol.

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