FALTAN LOS 90 "LONGOS"

Volvía la Liga de Campeones, y volvía claramente la emoción. Escuchar el himno de la Champions con nuestros jugadores sobre el campo es lo único que se necesita para que salga a flote ese sentimiento de satisfacción, y de saber que estamos en nuestra competición favorita, en la copa reina de nuestras vitrinas, y no por número, sino precisamente por eso, por sentimiento.


Estaba claro que íbamos a un campo en el que las cosas no serían tan fáciles como de costumbre, el factor frio y el factor campo, los culpables. Empezó el partido en el Luzhniki y desde el primer minuto se vio como el balón, por lo pronto, no rodaba de igual manera que en un campo con césped natural. A saltitos y trompicones, y en ocasiones, con cambios algo extraños de trayectoria, necesitábamos cogerle el punto a la combinación de factores tan poco habituales que se nos planteaban.

Los primeros minutos fueron raros, sin a penas futbol, dominábamos el balón todo lo que este nos permitía, y teníamos en frente a un equipo que presionaba a cada jugador blanco que tenía el balón como si la vida les fuera en ello. Ambiente frío, que a los que estábamos tan calentitos en casa nos llegó de un sopetón en el minuto 14, cuando Karim, tras una mala patada al balón con intento de gol, cae al césped y nos deja helados, con el corazón en un puño. Karim no se levanta y a todos nos viene a la cabeza lo peor, la lesión de uno de nuestros cracks en un momento clave de la temporada. Habrá que esperar al informe oficial que emita el Club, para poder zanjar, para bien o para mal, todas las conjeturas que se hacen entre el madridismo, ESPEREMOS QUE NO SEA DEMASIADO. Con Benzemá lesionado, le tocó saltar al campo a Pipita, sin calentamiento previo, ahora el miedo residía en que no se nos lesionara nuestro segundo 9.

El partido seguía entre patadas y faltas cometidas (que no demasiado pitadas) por el equipo contrario, hasta que en el minuto 28, precisamente Higuaín, lucha un balón en el campo del CSKA que todos daban por perdido, y tras pulular cerca del área, llega rendido frente a Cristiano, quien lo engancha de una manera rara, pero precisa y preciosa, lo envía directo a la red del equipo local y el grito de GOL se entonaba entre el madridismo. Con este resultado en el marcador, de 0-1, se llegaba al descanso.

La segunda parte comenzó con una acción que yo no vi, la tarjeta amarilla a Alonso. Y no digo que “no ví” porque la acción no fuera merecedora de tal sanción, no, sino porque no repitieron la jugada, cosa que a mí, personalmente, ¡me saca de mis casillas! Con esta incógnita de color amarillo en el aire, siguieron los últimos 45. El equipo blanco dominaba el juego mucho mejor que en la primera parte, parecía haberse aclimatado definitivamente. Sin embargo, pese a que se tuvieron varias ocasiones de gol, este no se materializó, no conseguimos hacer que el segundo subiera a nuestra cuenta particular. Entre juego blanco, con alguna contra del CSKA, ocurrieron dos detalles que considero son los mas destacables dentro de la falta de vistosidad del partido. Primero, una falta que le hacen a Coentrao, que el arbitro dejó pasar sin sanción, pero que sin embargo, acaba en una tarjeta amarilla a Sergio Ramos por protestar (Platiní es un experto en mover marionetas). Y segundo, casi con el tiempo cumplido, el Madrid arranca en una contra capitaneada por Ronaldo, que es empujado por un jugador contrario, cortando la posibilidad de que ese ataque, terminara en gol. Yo no soy arbitro, pero las cosas lógicas no se me escapan, si no hubiera sido para amarilla, si para una falta que nos daba la opción de seguir en esa carrera hacia la portería contraria, que podía acabar o no en gol, pero que era lo que la justicia nos tenia que haber concedido. Pues bien, de lo que pudo haber terminado en un gol Real, terminó en todo lo contrario. De esa acción que no se pita partió la jugada en la que, a balón parado (una vez más), falta previa de Coentrao mediante, el contrario nos abre una brecha en el corazón madridista en forma de gol en contra, y justo en el minuto 92. Entre celebraciones contrarias y demás, poco se pudo hacer con el minuto que le restaba al partido. Nos vamos de Moscú, con un 1-1.


Madridistas, no os alarméis, no echéis al equipo por los suelos, no sentenciéis algo que quien lo va a sentenciar es el REAL MADRID en el SANTIAGO BERNABEU. Se ha jugado la mitad de una eliminatoria, fuera de casa y en unas condiciones realmente malas. Hay que confiar, a estos nos los comemos, y de acompañamiento, el césped natural de nuestro templo, y como especia, el ambiente que nuestro estadio nos regala en las noches de Champions. Hagamos caso al entrenador del CSKA, que dijo que una derrota o empate para ellos, era una clara eliminación de su equipo. Si el confía en nosotros, confiemos nosotros, en nosotros mismos también (redundancias mediante).

Somos el Real Madrid, y 90 minuti en el Bernabeu, son molto longos ;)

¡¡HALA MADRID!!

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.